martes, 10 de agosto de 2010

CONOCIENDO GUADALAJARA: LA CATEDRAL METROPOLITANA


UBICACIÓN: Avenida Alcalde #10. Zona centro. Entre la Avenida Hidalgo y la calle Morelos.

Esta catedral comenzó su construcción a pedido del rey de España, Felipe II, en el año de 1560; sin embargo, pasarían más de cincuenta años para que el proyecto llegara a su término, en 1618. Esto se debió al incendio de 1574, el cual dejó la iglesia semiderruida.
Este incidente no sería el único que ha sufrido la catedral: en 1818, un terremoto derrumbó las torres y la cúpula. Inmediatamente, comenzaron a erigirse nuevas torres, pero éstas también fueron destruidas por otro terremoto, en el año de 1849. Las torres actuales de la catedral, cuya altura alcanza los 65 metros, fueron construidas en el año 1854 por el arquitecto Manuel Gómez Ibarra. La cúpula se construyó en 1875. Con el paso del tiempo la catedral ha ido deteriorándose debido a los sismos y la gran cantidad de vehículos que circulan sobre la avenida 16 de septiembre.
La catedral es una mezcla de diversos estilos arquitectónicos, predominando el barroco. Las agujas de las torres y el interior de la catedral son de estilo neogótico. Además, se pueden apreciar los estilos neoclásico y morisco.
La portada central es de cantera, con tres portadas de estilo renacentista con un arco de medio punto. Las torres están apoyadas en contrafuertes poligonales y poseen arcos de medio punto de cantera y tezontle. El templo tiene la llamada planta Basilical, es decir, de tres naves con bóvedas de estilo gótico. En el entablamento de la fachada, entre dos amplias comisas, está escrito el texto del Salmo 126: NISI DOMINUS EDIFICAVERIT DOMUM, IN VANUM, LABORAVERUNT QUI AEDIFICANT EAM, que significa: "Si el señor no edifica la casa, en vano trabajaban los que la construyen".
La catedral carece de capillas laterales, cuyos muros presentan arcos rehundidos con altares de cantería, y la capilla mayor es cuadrada. Los soportes son pilares cruciformes con medias columnas de fuste estriado y capitel toscano.
Las tres naves constan de seis tramos altos y espaciosos cubiertos con bóvedas y nervaduras de dorados pinjantes. A la misma altura cada nave, en los muros laterales hay redondos pilarones estriados. Los cubos de las torres sostienen el antiguo primer cuerpo de los campanarios de pilastras y cornisas toscanas, con dos arcos en cada frente; ya el segundo cuerpo es de mediados del siglo antepasado, con apareadas lucernas ovales; de él arrancan los remates piramidales.
Cuenta con 17 campanas; la mayor es llamada "Maria de la O" y pesa 8 toneladas, la segunda mayor se llama "San Pedro" y pesa 6 toneladas, mientras que la menor se llama la "del correo" y pesa 230 kilos Esta es la única catedral del arzobispado mexicano que en sus torres guarda dos campanas de oro traídas por los españoles en 1658.
Dentro de la catedral se encuentra el Relicario de los Mártires, –restos óseos de 23 hombres exhibidos en una vitrina–, a los que el papa Juan Pablo II beatificó el 22 de noviembre de 1992 por su defensa a la libertad de culto religioso en la época cristera.
El sitio de mayor atractivo es “La cripta de los arzobispos”, un pasaje subterráneo que se localiza debajo del altar, donde yacen los restos de los cardenales que han gobernado la diócesis. Ahí reposa el cuerpo de Juan Jesús Posadas Ocampo, –antecesor de Juan Sandoval Iñiguez–, asesinado en 1993 en el aeropuerto internacional Miguel Hidalgo de Guadalajara.
La Catedral contiene altares dedicados a Nuestra Señora de la Asunción, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de los Dolores, la Virgen de Zapopan (patrona de Guadalajara), Santo Domingo de Guzmán, San Nicolás de Bari, Santo Tomás de Aquino, San Cristóbal, San Juan de Dios.
También guarda obras pictóricas de incalculable valor, entre ellas un cuadro atribuido a Bartolomé Esteban Murillo titulado “La Purísima Concepción”, ubicado en la sacristía; en ese mismo sitio se encuentra un mural de Felipe Castro llamado “La Disputa del Sacramento”, copia de uno de Rafael, así como “La Virgen del Apocalipsis” y “San Cristóbal”, de José de Paéz. En la Capilla de la Purísima destaca “La Última Cena” de José María Uriarte, pintada entre 1817 y 1821; la imagen de la Virgen de Guadalupe, en su propio altar, es de José de Alcíbar. También es de llamar la atención el mural “La Iglesia Militante” en la sala capitular, obra de Cristóbal de Villalpando.
Hay 52 asientos de madera tallada además de la silla cardenalicia. La mesa de consagración es de mármol y plata. Los vitrales de colores son importados de Francia. Además, guarda el segundo órgano más grande que existe en nuestro país.

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